IMPASSE

Las letras se deslizaban por el cristal del reloj de arena. Pensamientos inconexos, interrumpidos, todo aquello que le gustaría gritar, arrancarlo de dentro, que flotara alejándose tras las primeras luces de la mañana. Las palabras intentaban formarse sin éxito en el conducto y continuaban precipitándose hacia el bulbo inferior. Alzó las manos en un intento inútil de parar su caída y pronto comprendió que acabarían sepultándola. Cerró los ojos. Sus aspiraciones se sumaron a las letras, tornando el cristal opaco, aislándola de todo lo que había allí fuera, acompañada tan sólo por su dolor, sus añoranzas y sus quimeras. El saber que todo acabaría en breve le trajo paz, y con ella llegó el sosiego, se calmaron las palpitaciones y su respiración se volvió regular. Al volver a abrir los ojos notó que la avalancha se había transformado en llovizna y a pesar de que las letras seguían formando frases inconsecuentes y sin sentido, lo hacían a ritmo lento. No se dejó engañar, el fin sería el mi...